sábado, 15 de octubre de 2011

Políticas, Programas y Estrategias de la Educación Venezolana: ¿Hacia la calidad en educación?




Autoras:

María Ruiz mariawilerma@gmail.com

Magdalena Parrillo magdaparrillo@gmail.com

Carmen López cecebrandt@gmail.com

Alcira Díaz alcibet@gmail.com

Octubre de 2011

Responder a la interrogante que encabeza esta reflexión representa una situación supremamente complicada por cuanto son variados los aspectos que se precisan en el marco de la calidad en educación, especialmente cuando las tendencias internacionales van hacia una dirección (pues su ideología se sustenta en argumentos sociales, económicos y políticos particulares) y algunos países encauzan su transitar por otras vías en construcción.

En el caso de Venezuela, por ejemplo, la inclusión y la equidad son algunos de los aspectos que cimientan las bases del paradigma educativo que se espera concretar. En ellos se enfocan los esfuerzos, de manera que los estándares de calidad son bien representativos de un llamado sistema de democracia social. La primacía de un Estado Docente que rige y controla todos los aspectos inherentes a la educación, conociendo y publicitando la importancia de este proceso social para el establecimiento y permanencia de la ideología de turno, también ha sido otro pilar que (aún cuando ha estado presente en el tiempo pasado), cobra cada vez mayor fuerza.

Dar respuesta a dicha interrogante se considera entonces una labor casi imposible de precisar pues las argumentaciones y contra argumentaciones podrían rayar en un infinito o retórica, de donde difícilmente se podrá nutrir esta corta reflexión. Lo que si es importante puntualizar son aquellos aspectos que dan relevancia absoluta a lo que, en su mayoría, se concibe como calidad en educación.

Ciertamente, el acceso a la educación en todos los niveles del sistema educativo, pero especialmente en primaria y secundaria, tal como se refleja en el Ministerio de Educación y Deportes de Venezuela (2004), constituye un factor clave para orientarse hacia la calidad en educación. Brindar oportunidades para el acercamiento al sistema educativo formal a las clases y sectores menos favorecidos, viene a ser un golpe certero en la promoción del desarrollo integral de los pueblos. Claro está, siempre y cuando la sistematización y operatividad de las acciones se sustenten en un marco de excelencia socio- académica y perfeccionamiento de adecuados procesos que se establezcan.

Se establece un marco conceptual que exalta la educación como un derecho humano, lo cual le añade el rasgo especial al hecho educativo, porque pasar a ser un deber del estado el garantizar un sistema que ofrezca la oportunidad de formación a todos los ciudadanos en los diferentes niveles, subsistemas y modalidades; ello conduce al cumplimiento del factor inclusión como política educativa.

El marco conceptual de la educación venezolana incluye como factor de suprema relevancia el componente social, donde toda acción formadora debe propender hacia el desarrollo de un individuo crítico que reconozca su rol dentro de su contexto sociohistórico; de allí se resalta la postura del paradigma histórico cultural dentro de los cimientos del sistema educativo actual, donde se le da preponderancia a la acumulación de experiencias que construyen el saber del individuo y sobre el cual la acción educativa debe abordar el proceso de enseñanza considerando la valoración de la identidad nacional y el desarrollo sustentable como uno de los ejes que guía la educación.

El Estado Docente ha generado un conjunto de programas de los cuales se desprenden variadas acciones que han revolucionado buena parte de lo que se conocía como sistema educativo. La rehabilitación, construcción y dotación de la planta física escolar, la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en educación primaria (Plan Canaima), la modernización y actualización curricular y el desarrollo endógeno, son parte de ellos. Además de ser promocionados continuamente desde las redes comunicacionales del Estado, han venido forjando una estructura que aún cuando no se ha concretado su precisión (en algunos casos), ya se evidencian los frutos de dichas incorporaciones. La evaluación sistemática de los mismos se hace necesaria y será a través de la investigación seria y transdisciplinar (vista desde la complejidad misma del proceso educativo como fenómeno social, económico, cultural y político), se podrán vislumbrar las premisas de calidad o su ausencia.

Así mismo, el desarrollo de los proyectos Banderas como Simoncito, Escuelas Bolivarianas, Escuelas Técnicas Robinsonianas, las Misiones (Robinson Rivas y Sucre), entre otros, forman parte congruente del cumplimiento de este pilar fundamental que representa el acceso y la equidad a la educación. ¿Pero se puede hablar de calidad en la educación venezolana? Seguramente. Muchos aspectos de los abordados en el material referido generan criterios en donde se enmarca la calidad en educación pero también múltiples aspectos condenan a la excelencia e invitan a repensar, reorientar, replantear y conducen a la reacción, situación ésta que no puede quedarse en la crítica, sino que debe manejarse desde la investigación para la generación de ese conocimiento que traspasa los maderos y estanterías de las bibliotecas y que se aviva en el fragor de esas mismas clases y grupos menos favorecidos que también son parte fundamental del proceso indagatorio, de exploración, de hallazgo y descubrimiento, de perfeccionamiento; es decir, el proceso investigativo .

Referencias

Ministerio de Educación y Deportes (2004). Políticas, Programas y Estrategias de la Educación Venezolana. Informe Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas, Venezuela

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