martes, 4 de octubre de 2011

EVALUACIÓN DEL DOCENTE UNIVERSITARIO. UNA VISIÓN INSTITUCIONAL



Azuaje, José R.
Parra, Enadio C.
Sánchez, Lisbeth
López, Yadira
Lara María

Antes de iniciar el tópico central del tema en estudio, se debe hacer referencia a que, en la actualidad, la educación juega un importante papel para el desarrollo de los individuos, especialmente porque a través de ella se debe lograr una doble tarea, en primer término tratar de conservar los valores y principios esenciales de la sociedad, y por otro lado, generar las condiciones desde las cuales puedan propiciar una serie de cambios que le permitan a las personas y comunidades lograr una evolución en cuanto a su desarrollo, todo ello con la finalidad fundamental de mejorar la calidad de vida del ser humano.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta una serie de aspectos que permitan comprender mejor el enfoque central de la temática, teniéndose en primer término la definición de conocimiento, la cual viene ligada a una integración dinámica de experiencias,  valores, información contextualizada e ideas que proveen un marco para evaluar e incorporar nuevas  experiencias e información.
Ahora bien, se debe señalar que la Evaluación instiucional constituye uno de los tópicos de máxima atención debido al interes que existe por la aficiencia institucional. Es importante señalar que la evaluación de la calidad de todas las instituciones educativas, especialmente en las universitarias, en donde se debe plantear y analizar la relación entre los objetivos deseados, los medios de los que se dispone para alcanzarlos y los resultados que definitivamente se han obtenido. Por tanto, se tiene que el objetivo fundamenteal y esencial de la evaluación institucional es el de lograr la mejora en las instituciones educativa, con lo que se logrará una ayuda importante para la gestión y toma de decisiones.
Asimismo, se debe señalar que la pregunta evaluativa se limita a buscar las metas que tiene el programa, para lograr traducirlas a indicadores mensurables de la realización de los objetivos, reunir datos de los  indicadores y compararlos con criterios de la realización de las metas y demás.
Sumándose a lo ya destacado, se tiene que señalar la evaluación puede ser vista como un campo de poder, mediante el cual se logra que los individuos, especialmente los docentes, piensen de una manera diferente, incentivándolos a cumplir con el compromiso adquirido, no sólo con la institución, sino también con los estudiantes y con el país.
De igual forma, se debe señalar que las instituciones universitarias poseen una serie de principios, propósitos y estrategias, los cuales se encuentran directamente ligados a la docencia, la investigación y la proyección social. Es por esto, que siempre se ha visto ligada a la evaluación, evidenciándose que todo acto evaluativo debe estar pensado desde una perspectiva de mejoramiento y construido para beneficiar a la sociedad como un todo, logrando mejoras sustanciales en la vida del hombre.
Por esto, el proceso evaluativo debe privilegiar una profunda reflexión en torno a las posibilidades de mejoramiento como arma esencial para potenciar la capacidad transformadora, y por tanto, esta debe verse constantemente controlada, corregida y ser seguida, destacándose que la evaluación es la actividad reflexiva que permite conocer la calidad de los procesos y los logros alcanzados en el desarrollo del proyecto.
En este punto, y de acuerdo a las observaciones de diversos autores, en las instituciones de educación superior existen dos tipos de profesores, siendo éstos los docentes investigadores y los profesores que cumplen funciones de proyección social.  
Es por ello, que en muchas universidades se ha decido realizar diversos tipos de evaluacuines a los docentes, donde se tiene que la más practicada en la mayor parte del mundo se relaciona con la aplicación de cuestionarios a los estudiantes, quienes mediante éstos indican las condiciones, actitudes, aptitudes y capacidades de los docentes para ejercer su función. No obstante, este método ha sido cuestionado, ya que muchas veces los docentes que son evaluados de forma negativa continúan en sus labores diarias, o dado otro caso, muchos profesores no aceptan ser cuestionados por alumnos, quienes probablemente no tomaran las medidas necesarias para una evaluación justa. A pesar de esta controversia, nunca se deben olvidar las opiniones de los estudiantes, ya que a pesar de cualquier situación, éstos serán siempre una fuente importante de información, ya que esto servirá para garantizar el proceso de enseñanza y aprendizaje pertinente y acorde con las necesidades de formación de nuestros ciudadanos.
Además, se destaca que para entender el desempeño profesoral debe asumirse en un contexto que supera las características intrínsecas del profesor, con ello se invita a entender las dinámicas institucionales que generan las condiciones necesarias para ejercer una docencia de calidad y determina la implementación de estrategias que posibilitan su cualificación. De igual forma, se debe abogar por la utilización de diferentes fuentes, perspectivas y vías de indagación y análisis que permita una mirada más integral al trabajo profesoral.
Es importante señalar que la sociedad actual exige que las universidades conjuguen adecuadamente sus tres funciones sustantivas y por ello se requiere con mayor urgencia que el profesor universitario, investigue enseñe y se proyecte socialmente. Por tanto, y para finalizar, se tiene que la evaluación profesoral desde la perspectiva institucional abarca como campos de acción para el trabajo de los profesores los de la docencia, la investigación, la proyección social, la gestión y el desarrollo profesoral, evidenciándose como aspecto fundamental que el desarrollo profesoral está conformado por actividades de capacitación y  desarrollo del profesor, tendientes a mejorar su actividad académica.

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