sábado, 1 de octubre de 2011

POLÍTICA SOCIAL, DESARROLLO ENDÓGENO Y CALIDAD DE VIDA.

PARTICIPANTES:
Andrade Mileida. Mileida_andrade@hotmail.com.
Ardila Dina. Dinalar17@gmail.com
Brizuela Tania. deltabaila@hotmail.com
Méndez Norelys. norelysmendez@hotmail.com
Cordero Lydia Magdalena. magdacordero2009@hotmail.
Villegas Vicenaibe. vicenaibe@hotmail.com
      El modo de producción neoliberal que las naciones desarrolladas han impuesto, no solo estratifica a los seres humanos en categorías sociales irreconciliables, generando problemas socioeconómicos, por una alta inflación acompañada de altas tasas de desempleo y escaso crecimiento económico, sino que impone un uso irracional y ecológicamente insostenible de los recursos naturales, ya que impulsa la concentración desordenada de la mayor parte de la población en grandes ciudades, que acuden a empleos ineficientes o improductivos, en desmedro del campo.
     En Venezuela propiamente, se incurre en la necesidad de equilibrar las relaciones urbano-rurales y crear un nuevo modelo de ciudades planificadas e integradas de manera sostenible con la naturaleza, implementando un modelo de desarrollo que promueva el tejido industrial, regional y local y  coloque al ser humano en el centro de su atención y lo reconcilie con el medio ambiente.
     En nuestro país corren vientos de cambio y todos los venezolanos están llamados a ser protagonistas en la construcción de una sociedad más humana. La estructura social de Venezuela está en proceso de transición hacia una formación económico social masiva y acelerada en un proceso de inclusión que el gobierno ejecuta a través de las misiones, financiado por la nueva forma de utilizar la renta petrolera, intentando avanzar en la cobertura y universalización en la satisfacción de las necesidades de identidad, alimentación, salud, educación, vivienda y empleo.
      La satisfacción de las necesidades sociales es vinculada con el sistema de producción - distribución de bienes y servicios, asumiendo que en la medida en que los trabajadores contribuyan con la producción de la riqueza social según sus capacidades, con el desarrollo de sus potencialidades creadoras, aumentarán las probabilidades de superar las brechas y déficit persistentes, que les permitan basarse en la calidad de la satisfacción, cubrir sus necesidades y alcanzar un crecimiento sostenido a través del modelo productivo endógeno, donde el liderazgo nace de las propias comunidades, organizadas en redes productivas y fomentando relaciones industriales de carácter asociativo, siguiendo estándares de amplio reconocimiento en términos jurídicos y laborales de programas de calidad, higiene y seguridad que les otorgue calidad de vida a través de la responsabilidad social.
     Las posiciones que el Estado fije en materia económica, de producción y mercado, influirá en la dinámica social y crecimiento estructural de la Nación, hará viable la apertura comercial y la integrará  a los procesos mundiales. Es por ello que las políticas sociales, laborales y económicas, que ha venido desarrollando nuestro país en la última década para la universalización del disfrute de los derechos sociales, contemplados en el texto constitucional, de orden progresivo y vanguardista, en la búsqueda de altos índices de bienestar y calidad de vida, se traducen en:
  • La conformación de una nueva estructura social incluyente a través de objetivos como: el mejoramiento de la formación y aumento de los niveles educativos, el acceso a la vivienda y a los servicios urbanos, el fomento de la actividad cultural y el deporte, el aumento de  la eficiencia del sistema integral de salud pública, el fortalecimiento de la identidad, la autoestima y la autogestión de los pueblos, al reconocer y dar valor a las culturas, historia y conocimientos tradicionales y autóctonos, planes de seguridad ciudadana, avances hacia el salario social, consolidación de las misiones sociales e implementación de las mesas técnicas de servicio.
  • La construcción del nuevo modelo productivo, rumbo a la creación del nuevo sistema económico a través de una nueva ética que hunde sus raíces en la fusión de los valores y principios mas avanzados de las corrientes humanistas; la suprema felicidad social, a partir de la conclusión del nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno, que persigue que todos vivamos en similares condiciones, enmarcado en un sistema de seguridad social eficiente y efectivo, y un nuevo modelo productivo socialista que con el fin de lograr trabajo con significado, elimine la división social, las estructuras jerárquicas y la disyuntiva entre la satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la reproducción del capital.
     En atención a esta perspectiva, si los reajustes estructurales en Venezuela obtuvieron en el pasado serios conflictos políticos, económicos, sociales y culturales, la pregunta es, ¿estos cambios y transformaciones que generan estos nuevos modelos económicos y sociales conducen a un verdadero crecimiento donde los procesos locales y globales se complementan o solo producen caos, miseria e inseguridad?  


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