lunes, 26 de septiembre de 2011

PARADIGMA CONDUCTISTA

DOCTORANTES:
-Artigas Alejandro alejandroartigas123@gmail.com
-Boffil Ana anaboffil@hotmail.com
-Pernía Edith edithpernia@hotmail.com
-Trotta Antonieta mariantrotta@hotmail.com
-Vega Verónica verovega_@hotmail.com


Septiembre de 2011

Para poder entender la concepción conductista, se debe delimitar la misma, del que basa su filosofía adoptando la psicología como ciencia del comportamiento, entendido éste como la interacción entre el individuo y su contexto físico, biológico y social, cubriendo así un amplio rango de fenómenos. La reflexión sobre la filosofía del conductismo, es la prevalencia del dominio del ser por el ser, sin permitir la expansión del conocimiento, sólo se sientan bases de contenidos y contenedores, del cual se expresa sólo el acto de enseñar por parte del maestro y el de aprender para aprobar por parte del alumno, que carece del espíritu de creatividad y organización de nuevas formas de aprendizaje basándose solo en la retorica de un reforzamiento conductista de estímulo y respuesta pero con la finalidad de ser operante y programado, rígido y obligatorio.
Cabe destacar que, la característica resaltante del paradigma conductual o conductista, es el pragmatismo, éste lo acentúa como modelo de enseñanza adoptado desde sus orígenes hasta la actualidad, del cual responde a un estímulo y respuesta operante, donde este binomio se encuentra una en total dependencia de la otra, con un cerrado enfoque determinista de la respuesta con respecto al estímulo dado o recibido. En este sentido, el conductismo se lleva en el inconsciente y se utiliza de manera cotidiana en distintas situaciones, niveles educativos y experiencias. En el cual el paradigma conductista, se aúna a la vivencia diaria como modelo a seguir, a sabiendas que la conducta del ser humano es adaptable, condicional de acuerdo al ambiente que le rodea, a las experiencias vividas y dependiendo de los estímulos que le acechen en un determinado momento, es allí donde se evidencia, la magnitud de peso cíentífico, social e institucional que por años ha tenido este paradigma en la vida del ser humano, como ente social.
Para ser visto desde el punto de vista educativo, se asume como modelo por estar centrado sus respuesta de aplicación al llamado análisis conductual, el cual ha sido aplicado al área educativa, visualizando los posibles escenarios y seleccionando las necesidades y problemáticas educativas, pero todo ello basándose en el estudio de la conducta, el ¿cómo acondicionarla?, parte de allí el éxito obtenido cuando hace su aparición en las vivencias humanas, que hasta la actualidad se sigue practicando, demostrando que el ser componente que está en constante aprendizaje y enseñanza, deriva o depende de otros para poder consolidar bases de conocimiento educativo, y hasta experiencias de la vida. Destacando que este paradigma aplicado a la educación ha llegado a formar un lazo tradicional, donde se aplica aspectos de la ciencia como la psicología educacional y en torno a ello, se aprecian concepciones programáticas y de acondicionamiento operante desde la etapa prenatal, hasta la universitaria.
Todos los alumnos pasan la mayoría del tiempo bajo el crecimiento operacional de una enseñanza conductista, basada en preceptos condicionantes de conductas, con la única finalidad que aprenda para pasar. La concepción del alumno ante este paradigma, suele destacarse por la distorsión que se tiene de lograr que éste, tome la iniciativa de creación de su propio aprendizaje, pero está la contradicción; que es el maestro quien dicta las pautas a seguir para lograr ese aprendizaje, observándose el trabajo conductista con la salvedad de permitirle al estudiante la promoción activa, siendo manejado por el maestro que condiciona, programa y asume los contenidos a enseñar y el estudiante a aprender, llegando al fondo de la misma que el maestro enseña y el alumno aprende, con la finalidad de aprobar el contenido visto.
Esta reflexión permite la observancia, donde el alumno se somete como ser activo, pero está condicionado por las exigencia del maestro que enseña, aquí se evidencia la toma del alumno como un ser que puede ser arreglado o desarreglado, en términos de conductismo, acondicionado o no sobre temas específicos, pero con la apreciación de sujetarse a los diferentes cambios que el entorno le coloque, todo ello en miras a doblegar y acondicionar conductas con el fin de lograr la docilidad y la pasividad de los alumnos, donde el maestro en la mayoría de los casos es el dueño del conocimiento y el alumno es quien lo recibe y lo procesa, pero con alguna participación activa en ese arreglo de conocimientos en su contenedor.
Es decir, el alumno es visto como un sujeto cuyo desempeño y aprendizaje puede ser arreglado o rearreglado, desde el exterior, la situación instruccional, los métodos y contenidos de enseñanza, basta con programar adecuadamente los insumos y recursos, las técnicas educativas para que se logre un aprendizaje de conductas académicas deseables. De acuerdo a la concepción que mantiene el maestro ante el paradigma conductista, el trabajo que realiza, consiste en desarrollar una adecuada serie de arreglos de contingencia de reforzamientos y control de estímulos que le sean válidos para enseñar, subyace el modelo de enseñar pero para condicionar, se cree que facilita el aprendizaje pero lo que se busca es adiestrar a los alumnos para que logren almacenar el mayor contenido de los recursos de aprendizaje que le muestra el maestro, se sigue teniendo la concepción de que el tiene la última palabra en el conocimiento y el alumno sólo retiene lo que se le enseña, se sigue un patrón de programación.
Se sigue actuando como instrumento facilitador del adiestramiento, en este paradigma, lo importante es que el maestro enseñe como experto y los alumnos sean programados para aprender hacer expertos, uno de los elementos que acentúa el maestro es el estímulo operante de la disciplina, como el condicionador de conductas, demostrando que la inteligencia es una perspectiva hereditaria, estática y sin probabilidad de mejorar.
Concluyendo desde la óptica del maestro este modelo sirve para lograr un desarrollo adecuado de arreglos de contingencia que permitan reforzar de manera positiva pero manteniendo el control de la sabiduría dentro de sí, para poder fomentar el estímulo para enseñar, y el alumno pueda aprender, no es más que el arreglo de reingeniería programada educativa. Dependiendo del uso y manejo de los diferentes paradigmas y en especial del conductista, se aprecia la optimización o no de la calidad de educación en los recintos escolares, hay que destacar que; siempre va a estar presente porque el ser que aprende necesita de modelos a seguir, pero dependerá del maestro promover un estímulo reforzante para obtener una respuesta acondicionadora positiva o no.
Por ello, la calidad de la educación va a depender del estudio del aprendizaje el cual debe enfocarse en fenómenos observables y medibles. Manteniendo sus fundamentos de un aprendizaje producto de una relación "estímulo - respuesta". Pero tomando en cuenta que éste únicamente ocurre cuando se observa un cambio en el comportamiento. Si no hay cambio observable no hay aprendizaje, por lo tanto el mayor legado del conductismo para una optimización en la calidad educativa ha consistido, en el conocimiento obtenido sobre el comportamiento humano, en sus esfuerzos por resolver problemas relacionados con la conducta humana y el modelamiento de las mismas, que si bien no pueden solucionarse totalmente a base de "premio-castigo", el cual enseña que el uso de refuerzos pueden fortalecer conductas apropiadas y su desuso debilitar las no deseadas.
El paradigma conductista trajo como beneficio en la calidad educativa, la práctica de los procesos de enseñanzas, pero hay que destacar que se debe implementar los refuerzos positivos como aliados imprescindibles de los docentes, donde, a partir de ese torrente de apreciaciones le permite hoy día al maestro adecuar los contenidos, recursos, herramientas, acciones y estrategias a facilitar el aprendizaje manteniendo una línea conductista; pero flexible, dejando la rigidez, la obligatoriedad en la construcción de los aprendizaje, y moldear conductas con reforzamientos positivos hacia un ser con conocimientos de sus fortalezas y debilidades, capaz de solventar situaciones conflictivas dentro de un marco educativo operacional consiente, este tipo de acciones permite la optimización de la calidad educativa, pero hay que recordar que se deben manejar la diversidad de paradigmas, todos con la finalidad de lograr el aporte de cada uno de ellos, y lograr la calidad educativa necesaria.
Considerando que se debe emplear en la educación, una eficiente programación instruccional para que el alumno aprenda de lo que se le enseña, para poder lograr una respuesta efectiva ante el caudal de conocimientos brindados, siempre siendo reforzada de aquel que logra superar la contingencia, cabe destacar que no es el método que se tome, es como se logra desglosar el mismo para alcanzar la efectividad en la enseñanza aprendizaje, y poder así tener una real optimización en la calidad de la educación.

Referencias

Fadiman, J. y Frager R. (1979). Teorías de la personalidad. Latinoamericana: Editorial Harla, Harper and R.O.W.

Hemeroteca Virtual ANUIES (1997, agosto) disponible en: http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES. [consultado: el 15 de Septiembre de 2011]

Skinner, B. (1974/1977). Sobre el conductismo. Barcelona: Fontanella.

Suárez, R. (1991) La educación. México: Editorial Trillas.

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