lunes, 26 de septiembre de 2011

EVALUACIÓN ORGANIZACIONAL DE LA EXCELENCIA DOCENTE



(DE: Leonardo Vidal Araya)

Autoras:

María Ruiz mariawilerma@gmail.com

Magdalena Parrillo magdaparrillo@gmail.com

Carmen López cecebrandt@gmail.com

Euclide Ramírez ramirezeuclide@hotmail.com

Alcira Díaz alcibet@gmail.com

Septiembre de 2011

(Ensayo reflexivo-crítico)

Buscar la excelencia parece una tarea importante para el ser humano y por tanto se transfiere a cada acto inherente a la dinámica social y en términos de desarrollo representa el norte de toda sociedad por lo que significa la satisfacción de necesidades con altos niveles de calidad.

El autor del artículo plantea que ambos conceptos tienen una arista común que permite encontrarlos relacionados en su esencia, de modo que para comprender en su sentido más estricto el concepto de excelencia debe concebirse en principio la significación de calidad. Puede precisarse entonces, que se logrará excelencia cuando haya la dilucidación de las aristas que definen la calidad, de esta forma se puede notar un sentido dependiente entre ambos conceptos.

Existe una serie de conceptos sobre los que ha evolucionado el significado de calidad, donde se destacan figuras como Crosby, Juran, Feigenbanm y Taguchi, los cuales esbozan su postura con respecto al concepto de calidad en función de cómo un producto y/o servicio determinado responde a requerimientos preestablecidos para su uso con el fin de satisfacer los intereses del usuario final causando la mínima pérdida; se concretan así las posturas sobre calidad para los estudiosos antes mencionados en: Cumplimiento de requisitos, Adecuación al uso, Satisfacción de las expectativas del cliente y Menor pérdida para la sociedad.

Se precisa indicar que los diversos conceptos sobre calidad responden al momento histórico que demanda su génesis, de esta forma cada concepción agrega rasgos característicos que la definen en función de su razón social, en este sentido, resulta interesante considerar la tesis de Deming (1989:133) quien expresa que “la calidad de cualquier producto o servicio tiene muchas escalas“, sin desmeritar las anteriores concepciones, se aprecia en esta postura el reconocimiento al agente subjetivo sobre el concepto, en tanto que toma en cuenta la naturaleza humana en la valoración de productos o servicios, la cual está influida por la escala de valores que se posea, así un mismo producto podría ser apreciado alta o baja calidad según la escala de valoración del usuario o consumidor.

Es importante señalar que conceptos de calidad han sido generados desde el ámbito empresarial por ello se destacan términos como producto, cliente, servicio, proveedor, entre otros, sin embargo, tienen aplicación generalizada, sin olvidar la necesaria adecuación al área social que va dirigida.

En este sentido, se destaca la concepción de calidad que atañe a la educación, presentada por el autor del artículo analizado, en donde se resaltan, a juicio de los autores de este ensayo, expresiones significativas para interpretar la concepción de calidad de la educación, así se tiene que esta es un valor inseparable de la realidad educativa, de allí que resulta de la comparación de la realidad observada con un ideal preestablecido, lo deseable, como indicador de calidad, el cual se convierten en términos de excelencia.

En acuerdo con Vidal, se señala que para lograr la excelencia se debe partir de la definición de los criterios de calidad, es decir, qué se quiere alcanzar como ideal, considerando tres aspectos esenciales: Los principios, conceptos y lineamientos de la acción educadora, logrados con la experiencia y los surgidos de la demanda social, en consecuencia la excelencia docente, según Vidal, 2002, es “el grado superior de calidad en el desempeño docente, conforme a los criterios que un centro educacional determine en congruencia con su proyecto educativo”. (P.23).

En consecuencia, los criterios deben ser establecidos desde una concepción de colectivo social, donde todos los miembros de la comunidad educativa sean protagonistas del hecho educativo, esto garantiza el compromiso y promueve la unidad por un objetivo común. Allí no solo tienen gran importancia los docentes sino los directivos como líderes que impulsan la participación y facilitan el logro de los objetivos planteados en función de los criterios de excelencia deseados; para ello en la unidad educativa se debe establecer un clima que fomente la colaboración, el ajuste mutuo y el equilibrio entre necesidades del personal y de la institución (Jiménez, 1990), de esta forma se facilita la excelencia.

Se requiere entonces de un proceso de evaluación educacional, que coadyuve a lograr la excelencia para ello el autor del presente trabajo propone un modelo general de evaluación de la excelencia en un centro educacional. El modelo propuesto presenta una estructura general que consta de tres elementos principales: criterios, indicadores de calidad que orienten la acción efectiva; diagnóstico, una vez conocidos los criterios se revisan posibles debilidades y fortalezas de la institución para tomar decisiones válidas; y, acciones, luego de analizar los resultados del diagnóstica se trazan las líneas de acción para optimizar el hecho educativo.

En este orden de ideas, la evaluación de la calidad pasa por el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa en la búsqueda de la calidad, el docente asume la responsabilidad de ser el administrador de la enseñanza que orienta el efectivo aprendizaje, para lo cual se requiere su disposición para emprender acciones que contribuyan con el proyecto de la institución, allí el directivo debe propender hacia el acompañamiento constructivo propiciando un ambiente que facilite las oportunidades para el logro de la excelencia.

Finalmente, se considera que la excelencia educativa surge con el ejercicio de la evaluación con un alto grado de responsabilidad social, tanto de docentes como directivos, cada uno en su ámbito de acción, haciendo énfasis en el proceso y no en el resultado puesto que durante el desarrollo de las labores pedagógicas se ofrece la oportunidad de evidenciar factores incidentes que son susceptibles de reformulación para garantizar la optimización del servicio, a través del perfeccionamiento permanente, donde el compromiso de cada miembro garantiza espacios de participación y la autoevaluación promueva la corresponsabilidad en los resultados.

Referencias Bibliográficas

CROSBY, Philip B. (1990): Hablemos de Calidad. México, Ed. McGraw-Hill / Interamericana de, S.A.

DEMING, W. Edwards (1989): Calidad, productividad y competitividad, La salida de la crisis. Madrid, Ed. Díaz de Santos, S.A.

JIMENEZ E. , Jorge y otros (1990): Escuelas efectivas para el éxito educativo: buscando la excelencia. CAE /OEA, Centro de Administración Educacional, Universidad de Concepción

VIDAL, Leonardo (2002): Evaluación Organizacional de la Excelencia Docente. Tesis de Grado Magíster en Administración Educacional. Universidad de Playa Ancha de Valparaíso, Chile.

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